A mediados de la década de los 50, en la comuna de Máfil, se dio inicio a uno de los proyectos más ambiciosos de la industrialización de aquellos años: la construcción de la planta Carbonífera de Pupunahue.
Conocida popularmente como La Mole –debido a su imponente estructura de hormigón-, solo se ejecutó su primera etapa entre los años 1954 – 1961 a orillas del río Calle Calle.
A 70 años de su génesis, las ruinas de la Carbonífera de Pupunahue fueron declaradas en 2017 como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile.
Actualmente, se encuentran inmersas en un recinto militar dependiente de la Dirección General de Fomento Equino y Remonta del Ejército. (Digefer)
Con la finalidad de comenzar un trabajo de puesta en valor del monumento, en 2021 se dieron los primeros acercamientos entre el área de Patrimonio de la Asociación Patrimonial Cultural (APC), Digefer y la Municipalidad de Máfil.
Recientemente, las mismas instituciones, volvieron a retomar contacto para generar acciones en conjunto y definir un plan de trabajo en mancomunado. “Las ruinas de la Carbonífera de Pupunahue son un monumento colosal, que esperamos pueda ser destacado como corresponde", dijo el director ejecutivo de la APC, Juan Vásquez.
"Representan una parte importante del patrimonio arquitectónico industrial, que también se expande por otras comunas de nuestra región. Esperamos, en un futuro no muy lejano, tener novedades positivas que compartir con la gente”, señaló.
“Buscaremos formular una iniciativa de prefactibilidad para la conservación y puesta en valor del monumento este año. Con esto se espera poder realizar un diagnóstico de conservación de la infraestructura, definición de usos y modelo de gestión”, dice Leyla Sade, directora de Patrimonio de la APC.
La arquitecta agrega que “también está la idea es poder generar algunas acciones de despeje y conservación mínima con la finalidad de poder habilitar algún acceso al público para que se pueda conocer a futuro. Agradezco a la Digefer y Municipalidad de Máfil por su disposición”, añadió.
Por su parte, el integrante del directorio de la Asociación Patrimonial Cultural y guía patrimonial certificado, Iván Ríos, indicó: “me parece muy importante esta articulación y de ser realizada con éxito será un hito en la región y el país. Es importante poner en valor las tentativas e intentos tecnológicos para darle valor agregado a las materias primas de Los Ríos y además se puede levantar un gran relato histórico patrimonial”.
Llegar a las ruinas no es tarea sencilla. Primero se debe disponer de un vehículo adecuado, además de ropa acorde a la ocasión, especialmente si está lloviendo. Cabe recordar que por estar en un recinto militar está restringida su entrada sin autorización previa.
Una vez en el Criadero Militar Pupunahue ubicado en la comuna de Máfil, son aproximadamente cinco kilómetros de un camino estrecho que conduce hacia las ruinas. Claro que el periplo puede durar más de lo habitual, debido a las condiciones de éste.
Ya en el lugar, se debe caminar aproximadamente unos 100 metros para acceder a la entrada principal, que desde la lejanía aparece como un macizo imponente de concreto, haciendo honor a su apodo de La Mole.
Desde su planta baja, y a través de una estrecha escalera, se accede al segundo y tercer nivel, dando muchas veces la sensación de estar transitando un verdadero laberinto. Este último piso llama poderosamente la atención, al estar rodeado de enormes ventanales que dejan pasar la luz sin importar las condiciones climáticas.
Además, un manto de musgo que se extiende por casi toda la superficie es el encargado de cubrir su suelo y parte de sus paredes. Desde allí, es posible salir al exterior y presenciar la belleza de la naturaleza que rodea la edificación, en especial del río Calle Calle, que se encuentra a escasos metros y es perfectamente visible desde la altura.
De acuerdo a lo que se indica en la página del Consejo de Monumentos Nacionales, la planta “funcionó pocos años, pero fue un hito paro la comuna, tanto por significar la promesa de proyección y profundización del auge minero (carbón) en la zona sur del país, como por configurar un imponente volumen de hormigón armado en un sector rural, lo que no era común para la época”.
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