Dos combatientes de la Esmeralda, la abuela de Arturo Prat, la esposa de Ignacio Serrano, un club de remo y una compañía de bomberos son las conexiones que posee Valdivia con la gesta del 21 de mayo de 1879, el hecho bélico de la Guerra del Pacífico que más se recuerda, pese a que fue una derrota.
De acuerdo a los textos de historia, antes del combate naval de Iquique no había tanto fervor por enlistarse en el ejército, pero el conmovedor sacrificio de Arturo Prat y su tripulación enardecieron a los jóvenes de patriotismo. Así cambió el curso de la Guerra del Pacífico.
TRIPULANTES
Dos valdivianos estuvieron entre los tripulantes de la corbeta Esmeralda: Vicente Oróstegui y Wenceslao Vargas.
Vicente Castro Oróstegui Coronado era un cabo 2° de artillería que murió en el combate. Se sabe que nació en Valdivia y su familia era de origen vasco. Provenían desde la ciudad de Talca y se cree que llegaron a la ciudad a fines del siglo XVIII. Oróstegui era hijo de Cayetano Oróstegui Lorca - nacido en Osorno y fallecido en Valdivia el 27 de abril de 1896- y de María Coronado Pacheco, quienes habían contraído matrimonio en Valdivia el 27 de enero de 1853, de acuerdo a los datos que entrega el sitio web genealog.cl. Esa misma fuente señala que este matrimonio engendró a Froselia Orostegui Coronado, Lindana Orostegui Coronado y Zenobia Orostegui Coronado, aunque no mencionan a Vicente. De acuerdo a una antigua publicación del Círculo Valdiviano de Santiago la familia Orostegui vivía en el mismo sector de la calle que está entre Baquedano y Bueras y paralela a Emilio Cocq.
El otro tripulante de la Esmeralda fue Wenceslao Vargas, nacido en Monte Patria, pero posteriormente parte de su descendencia con residencia en Valdivia con su familia. Vargas tenía 17 años cuando estuvo a bordo de la Esmeralda y sobrevivió al hundimiento de la corbeta y estuvo prisionero con el resto de los sobrevivientes hasta septiembre de 1879 cuando fue liberado.
Vargas participó en la primera parte de la guerra y fue herido en una pierna. En 1885 fue licenciado de la Armada por incapacidad física. En la vida civil ejerció como empleado en diversas empresas salitreras y mineras, para posteriormente oficiar como comerciante en la ciudad de La Serena.
En vida tuvo muchos homenajes en distintas ciudades del país, pero aseguran que nunca se creyó héroe. Vargas falleció el 15 de mayo de 1958 en Valparaíso. Uno de sus hijos se radicó en Valdivia posteriormente, aunque la familia en sí es de la zona de La Serena.
DOS DAMAS Y OTRO HÉROE
Doña Agustina Barril y Rojas era la abuela paterna de Arturo Prat Chacón y ella era de origen valdiviano.
Agustina contrajo matrimonio el 9 de febrero de 1811 con el ciudadano español Ignacio Prats Guigueras en San Isidro y vivió en Valdivia hasta 1817, año en que el matrimonio se trasladó a Santiago. Del matrimonio entre ambos nació Agustín Prat Barril, padre del héroe de Iquique.
En una crónica publicada en 2006 por el Diario Austral de Valdivia, la recordada profesora de historia Digna Rodríguez aseguró que doña Agustina Barril vivía donde actualmente está la plaza Pedro de Valdivia, frente a la municipalidad y que Arturo Prat visitaba a su abuela con frecuencia y que por lo mismo se generó mucha conmoción cuando murió en el combate naval, pues asegura que la figura del marino era conocida en Valdivia por doña Agustina.
La abuela del héroe quedó viuda en 1824 y al parecer su esposo Ignacio Prat murió en Valdivia. Se desconoce la fecha de fallecimiento de Agustina Barril.
La otra dama valdiviana que se relaciona con la gesta del 21 de mayo es la de Emilia Goycolea, viuda del teniente Ignacio Serrano. La dama vivió en Valdivia donde falleció en 1923.
En el diario El Correo de Valdivia se difundió en la edición del 22 de mayo de 1960 de un homenaje que le hizo la Armada a la esposa del héroe de Iquique, pocas horas antes del gran terremoto, y con la presencia del Intendente Víctor Kunstmann.
Para Emilia Goycolea la Guerra del Pacífico no sólo le significó la pérdida de su esposo, además perdió a su hermano Eulogio Goycolea Garay que murió a bordo del monitor Huáscar en el intento de ataque a la plaza fuerte de Arica el 27 de febrero de 1880.
Los padres de Emilia y Eulogio eran Martín Goycolea Oñaderra y Carmen Garay que eran de origen chilote. Según el historiador chilote Francisco Cavada, la muerte de Serrano caló hondo en la familia Goycolea, tanto que Eulogio decidió en ese momento enrolarse en la Armada.
Eulogio Goycolea, luego de un corto período de instrucción el 2 de agosto de 1879 fue destinado como tripulante de la corbeta Covadonga que estaba bajo el mando del capitán Manuel Joaquín Orella Echanez. El 4 de octubre la Covadonga estaba frente al puerto de Arica con la intención de torpedear las naves peruanas, intento que falló, ahí obtuvo su bautizo de fuego ya que su buque intercambió disparos con la cañonera peruana Pilcomayo, sin que hubiera daños
Tras el combate de Angamos Eulogio Goycolea pasó al Huáscar y una de sus tareas fue bloquear Arica. El 27 de febrero un tren procedente de Tacna se dirigía a Arica y el Huáscar se acercó a tierra y lo detuvo a cañonazos. La artillería peruana concentró sus tiros sobre el monitor y una granada explotó cerca de un cañón, hiriendo mortalmente al aspirante Goycolea quien posteriormente falleció.
En Barrios Bajos existe una calle que lleva el nombre de Goycolea y que puede estar relacionada a Eulogio Goycolea, hermano de la valdiviana Emilia Goycolea, viuda de Serrano.
REMEROS Y BOMBEROS
El impacto del Combate Naval de Iquique caló hondo en la conciencia de la ciudadanía y Valdivia no fue la excepción. El 3 de noviembre de 1888, 9 años después de la acción bélica, se crea el Club de Remo Arturo Prat que funciona en calle General Lagos y es uno de los más prestigiosos de esa disciplina en Chile, con varios campeonatos nacionales a su haber.
Posteriormente el 21 de mayo de 1900, 21 años después del sacrificio de la Esmeralda, se crea la Sexta Compañía de Bomberos Arturo Prat, en homenaje al marino, considerado ya el héroe máximo del país. En el frontis de esta compañía, ubicada en calle Picarte 2494, existe un busto en honor a Arturo Prat que recuerda así la gesta que incendió los corazones de los chilenos del siglo XIX en ardor patriótico.
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