Esta jornada de lunes 8 de abril se dio a conocer que el doctor Hans Richter Becerra presentó su renuncia a la rectoría de la Universidad Austral.
La determinación fue presentada al presidente del directorio y se da luego de que recientemente la Superintendencia de Educación Superior aprobara el Plan de Recuperación presentado por la casa de estudios superiores para afrontar la crisis financiera por la que atraviesa.
El doctor Hans Richter Becerra fue elegido rector de la Universidad Austral de Chile para el periodo 2021-2025.
Con 294 de los votos superó en segunda vuelta electoral a la Dra. Maite Castro Gallastegui, quien obtuvo 271 preferencias, proceso que se llevó a cabo el miércoles 16 de junio de 2021.
El pasado 15 de febrero, la Universidad Austral de Chile presentó formalmente su propuesta de Plan de Recuperación 2024-2025. Esta medida tiene como objetivo que la institución aborde de manera autónoma los significativos problemas identificados durante la investigación desarrollada por la SES.
Tras una exhaustiva revisión y análisis de las medidas y acciones propuestas originalmente por la Universidad, la Superintendencia identificó diversas observaciones y advirtió que, de no ser corregidas oportunamente, comprometían la efectividad del plan de recuperación y su impacto en la salud financiera y administrativa de la institución.
El pasado 2 de abril, la Universidad ingresó a la Superintendencia un nuevo informe en el que detalla un conjunto de medidas que subsanan en gran parte las deficiencias detectadas por la SES, aplica los ajustes requeridos y se compromete con una profunda reestructuración organizacional y operativa. El objetivo central de estas medidas apunta a mejorar la eficiencia y restituir la sostenibilidad financiera de la Universidad Austral de Chile.
La Superintendencia aprobó el plan de recuperación presentado por la Universidad Austral de Chile, lo que sumado al informe favorable entregado por el Ministerio de Educación, implica el inicio de un proceso que exige la ejecución de acciones prioritarias que la institución deberá llevar a cabo a la brevedad para asegurar la viabilidad y el éxito de las etapas posteriores del plan.
No obstante, es fundamental que, de manera inmediata, la Universidad ejecute el plan de acción financiera, adopte las medidas académicas urgentes y establezca una unidad de seguimiento que garantice el integral cumplimiento del plan de recuperación.
Durante el período de ejecución de este plan, que no podrá exceder un plazo de dos años, la Superintendencia velará por que éste se cumpla en sus distintas etapas.
Para estos efectos, la Universidad deberá remitir a la Superintendencia un primer informe trimestral, al 5 de julio de 2024, sobre el estado de implementación de las medidas críticas y responder oportunamente a los requerimientos que se le puedan formular.
Si esto no fuese así, la Superintendencia evaluará negativamente la implementación de las medidas del plan y avanzará en la adopción de alternativas que permitan asegurar la sostenibilidad financiera de la institución. Para monitorear de cerca este proceso, designará próximamente un delegado a cargo de dar un detallado seguimiento a cada una de las iniciativas comprometidas en el plan.
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