Tiendas repletas. Colapso de los sistemas de pago. Aglomeraciones en los paraderos del transporte público. Calles atestadas de gente y aparcamientos sobrepasados. Endeudamiento y compras de última hora. Ese es el panorama que todos los años se vive en las jornadas previas al 25 de diciembre, pero que esta vez, por las restricciones de la cuarentena, probablemente no sucederán en la misma magnitud.
Quienes más esperan los “regalos de navidad”, son sin duda los niños. Y los padres vuelcan los esfuerzos en no decepcionar. ¿Pero cómo enfrentar esta fiesta cuando las tiendas están cerradas por efectos de la pandemia, los dineros escasean, y llegar con un obsequio se vuelve toda una odisea?
La navidad en cuarentena podría ser entonces una buena oportunidad para reencontrase padres e hijos y devolver el verdadero sentido espiritual y valórico que tiene esta festividad, más allá de los ansiados obsequios. Se trata de darle una vuelta de tuerca a la fecha hacia su verdadera esencia. Así coinciden, desde distintos ángulos, una psicóloga clínica y un sacerdote católico.
Anticiparse y crear ritos familiares
Para la psicóloga clínica Veruchka Rudolph Silva, lo principal es abrir esta navidad espacios de comunicación con los niños para conocer sus emociones, anticiparse como papás y crear “ritos familiares” en torno a la festividad que no demandan necesariamente regalos materiales pero que sí fortalecen los lazos en el interior del hogar.
“El poder conversar y anticipar que esta navidad será distinta, les va a entregar a los niños una predictibilidad, y a los adultos les va a permitir negociar en ese espacio con los niños. Poder expresarles que a lo mejor no van a estar los regalos como en años anteriores, o que no estarán los familiares de siempre; que va a ser una navidad distinta”.
En ese mismo espacio de comunicación que los padres pueden crear con sus hijos, “debemos sostener la frustración que aparezca en los niños, porque es totalmente comprensible que ellos se enojen o molesten”.
Rudolph enfatizó la importancia de conocer la opinión de los hijos “con respecto a lo que ha ocurrido este año, y entender qué emociones aparecen en ellos, así como también sus expectativas respecto a esta navidad, las que estarán sujetas a celebraciones de años anteriores y, de esta manera, que los padres puedan anticipar. Una buena idea es darles ejemplos de otras celebraciones que durante este año en pandemia ya fueron distintas, por ejemplo, un cumpleaños, el 18 de septiembre, y la navidad será una más”.
Asimismo, la psicóloga recalcó la idea de poner el foco en ritos que se puedan crearse en familia esta navidad.
“Es importante poder crear y mantener los rituales familiares. A veces hay familiares que se esmeran mucho en la decoración, en la cena de navidad. El llamado es hacer estos rituales compartidos, participativos, que puedan incluir a los niños; que ayuden en la cocina, a decorar, y dar un significado propio”.
Agregó que en materia de regalos, cuando los dineros escasean o no hay oferta dónde comprar, es importante anticipárselo a los niños. “Tal vez no va a haber regalos, pero, por ejemplo, se puede negociar con los más pequeños construir un regalo en conjunto, un juguete con distintos elementos, lo que será tremendamente significativo para ellos y asimismo creamos una navidad con un significado distinto”.
Vivir lo genuino
El sacerdote Gonzalo Espina, Administrador Apostólico de la Diócesis de Valdivia, sostuvo que “esta navidad en pandemia es una gran oportunidad para concentrarnos en la familia, en lo pequeño, en lo sencillo, en la ternura, en la sencillez, con menos ruido, pero con más humanidad”.
“Vivimos en un mundo de mucho ruido, de mucho consumo donde todo lo celebramos con cosas, objetos materiales, y a lo mejor que nos sea más difícil tenerlas considerando la fase actual, es la ocasión para valorar más toda la dimensión humana”, agregó el sacerdote.
“Que ésta sea una ocasión para vivir lo más genuino; en vez de comprar algo, hacerlo con nuestras propias manos; en vez de comprar la comida, hacerla nosotros mismos, y disfrutar de la cercanía, del gesto y agradecer el estar”, recomendó.
Espina sostuvo finalmente que “la navidad tiene un significado de cercanía; celebramos el acercamiento del hijo de Dios al mundo, por lo tanto, celebrar la navidad para los cristianos significa celebrar esta cercanía de Dios, y vivirla nosotros cercanos a los demás”.
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